Elevador
Elevador
Existen factores que afectan a la arquitectura de los espacios en los que se desenvuelven las personas de edad avanzada o con alguna discapacidad. La vivienda habitual puede resultar excesivamente grande, o en ella aparecen barreras arquitectónicas que dificultan su utilización: escaleras, un baño inadecuado, una puerta estrecha, etc.
En muchos casos, la persona de edad no es capaz de desenvolverse por sí mismo y se hace necesario el traslado a otra residencia.
Es frecuente que las personas tengan que recurrir a ayudas técnicas para mejorar su movilidad: bastones o silla de ruedas, a la hora de dimensionar los pasillos y los pasos de puerta hemos de tenerlo muy en cuenta e inclusive considerar la instalación de un elevador.
La discapacidad motora puede ser debida a diversas razones: traumáticas, neurológicas, complicación de antiguas lesiones. Esta discapacidad se ve agravada por el deterioro de otras funciones como la vista y el oído, que complican aun más la movilidad y la independencia de la persona de edad avanzada.
La falta de fuerza hace que resulte difícil realizar tareas como levantar y trasladar objetos, y hace que tampoco puedan hacerse esfuerzos continuados, como por ejemplo subir y bajar escaleras o pasear sin cansarse. Otras tareas se ven también afectadas: agacharse, intentar coger objetos altos, sortear obstáculos. Es recomendable:
- Colocar sillas y bancos a lo largo de los pasillos y en los recorridos por el exterior
- Instalar barandillas a lo largo de los pasillos
- Dimensionar generosamente las puertas y luces controladas por un temporizador, teniendo en cuenta la velocidad reducida de desplazamiento de los usuarios
- Colocar una asiento en la ducha o bañera para que el usuario pueda sentarse
- Colocar barras y asideros para ayudar a incorporarse en el aseo
- Usar camas y sillones articulados o con sistema de “catapulta” que faciliten la incorporación
- Instalar manillas y herrajes que no requieran demasiada fuerza para su manipulación, incluso en las puertas de emergencia
- Ubicar los cajones y armarios a una altura intermedia, para que no sea necesario agacharse o subirse a un taburete para alcanzarlos; usar sistemas de armarios con altura regulable electrónicamente; usar estantes regulables en altura y no fijos para poderlos adaptar al usuario
- Colocar los interruptores y los enchufes a una altura accesible, no a la altura del suelo; utilizar equipamientos con mando a distancia
- Instalar un elevador que ayude al desplazamiento de un piso a otro sin mayor esfuerzo.